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jueves, 25 de diciembre de 2014

Próxima estación...

Porque no sabemos qué hay después, si es que hay algo. Porque no sabemos adónde vamos, si es que hay un viaje.

Tras un fin de semana sobre el que había muchas esperanzas y que luego fue aciago, de lo poco que se pudo salvar fue la foto que esta noche os traigo. Tenía muchas ganas de visitar esta localización. Había visto unas fotos impresionantes hechas por algunos de los que considero grandes fotógrafos nocturnos y este arco estaba anotado en mi lista de localizaciones. Quería llevarme mi foto del lugar. Quizá la fecha elegida no fue la mejor pues, aunque inicialmente la previsión daba un tiempo excelente, al llegar al lugar nos encontramos con una niebla impresionante, un cielo totalmente cubierto... En fin, que no eran las condiciones que esperaba encontrarme.

Aun así, decidimos, José y yo, que habría que intentar sacar partido a la situación e intentar que la niebla se convirtiera, no en nuestro enemigo, sino en nuestro aliado.

Cuando decidimos hacer esta foto, la niebla era mucho mayor y el cielo se veía completamente negro. La niebla tiene el efecto de marcar mucho más el haz de luz de la linterna, faro, en definitiva, fuente de luz, que uses. Este es el llamado efecto Tyndall, y que, aplicado al caso de la niebla, podría decirse que es el efecto por el cual las partículas de agua en espacios con niebla se hacen visibles al dispersar la luz. En espacios con niebla, lo que nos parece ver es que la luz queda "atrapada" en el agua, lo que da una sensación de dispersión de la luz alrededor de la fuente de luz. 

Que pudiera verse la trayectoria del haz de luz no nos gustaba pues, si hay un efecto que a mí no me gusta en fotografía nocturna es que se pueda marcar claramente la trayectoria de la luz, tanto, que se pueda indicar con total acierto de dónde sale la luz aplicada. Ahora bien, situada estratégicamente la linterna de forma que la luz apuntara hacia la cámara, pero colocando un objeto (o persona, digamos... yo mismo) entre la fuente de luz y la cámara, lo que realmente se vería sería la luz dispersada alrededor del objeto al que se está apuntando con la luz de la linterna.

Con el paso de los minutos el cielo fue abriendo por zonas y la niebla fue disminuyendo, por lo que el efecto sería menor, pero suficiente. En definitiva, obtendríamos la foto que queríamos: un cielo en el que ver estrellas, además de un efecto de dispersión de luz.

Espero que hayáis tenido un feliz día de Navidad, y que tengáis unas Felices Fiestas.

Hasta la próxima semana.

Los datos EXIF:

mara: Canon 70D 

Focal: 11 mm 
Exposición: 46 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 200


jueves, 18 de diciembre de 2014

Hazme un Guiño

Cuando me propusieron esta quedada, no tuve que pensármelo mucho. La compañía, de lo mejorcito: Cristina y Felipe, a quienes ya he mencionado en anteriores entradas, y que viven la fotografía nocturna con unas ganas y una pasión que anima a pasar largas horas linterna y cámara en mano. Además, en esta ocasión se apuntó a la salida Chema, amigo de Cris y de Felipe, y que debido a que llevaba tiempo sin tener una salida, venía con sed de foto nocturna.

El segundo motivo por el que me apunté fue por lo atractivo de los sitios que íbamos a visitar, uno de ellos, el que esta noche os muestro. Se trata de una vieja grúa cuya localización fue difícil de conseguir. Por medio del amigo de un amigo, conseguimos que nos dieran el sitio aproximado en el que se encontraba este monstruo, eso sí, bajo la condición de no revelar, al menos de momento, las coordenadas del lugar. Tanto Cristina, como Felipe, como yo, somos partidarios de compartir las coordenadas de los sitios a los que vamos a hacer nuestras fotos, pero en esta ocasión la única forma de hacer esta foto fue bajo esta condición.

El tercer y último motivo fue poder estrenar mi nueva cámara, una Canon 70D a la que espero poder sacarle, al menos, el mismo partido que le saque a mi fantástica 500D.

Dicho y hecho, Una vez llegamos al lugar en el que semejante mole descansaba, buscamos un buen encuadre, plantamos trípodes, cámaras y nos distribuimos el trabajo. Felipe se encargaría del frontal, con faros incluidos y de dar luz por la parte baja de la grúa. Cristina daría luz a las llantas de las ruedas, y en el hueco que se ve al lado del faro izquierdo, y yo me encargaría del lateral, de la torre, y del suelo. 

Cuando se ilumina en equipo, hay que tener el cuidado de hacer la iluminación secuencialmente. Si todos ilumináramos a la vez las zonas que tenemos asignadas cada uno, sin duda que en la foto aparecería, no sólo la grúa, sino más de un miembro del equipo iluminador. Por ello, es importante comunicarse durante el proceso de iluminación, para que cada uno tenga claro desde cuándo y hasta cuándo puede iluminar la parte que le toca.

El cielo que acompaña a la grúa fue, si no el mejor, sí uno de los mejores que pudimos tener esa noche, pues, a los pocos minutos, el cielo dejó de mostrar estrellas y en según qué momentos, el cielo perdió su atractivo.

En cuanto a la iluminación, ésta se hizo con variedades de linterna con luz cálida. Por ello el balance de blancos en la cámara se ajustó a un valor rondando los 3000K

Y esto es todo por ahora. ¡Hasta la próxima semana!

Los datos EXIF:

mara: Canon 70D 

Focal: 11 mm 
Exposición: 61 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 400



domingo, 14 de diciembre de 2014

Magical Water

Cuando visito una localización donde poder realizar una foto nocturna que me interesa, son pocas las veces que vuelvo al mismo sitio si en una primera visita me he llevado la foto que iba buscando. Sin embargo, este no es el caso de Caudilla. Son varias las veces que he estado en este antiguo y abandonado pueblo, unas veces con más éxito que otras. Lo curioso es que, en ninguna de veces que me he venido aquí he podido decir "es la última". Esta ocasión no será diferente.

Llevaba tiempo con el encuadre de esta foto en la cabeza. Lo había visto ya en otras fotos, y me resultaba muy interesante centrar el objeto de la foto en el abrevadero/lavadero/fuente dejando en un segundo plano la iglesia, a la izquierda, y más lejos, a la derecha, el castillo.

La mayoría de mis fotos están iluminadas con luz cálida. En esta ocasión usamos linterna de luz blanca. Como este tipo de luz tiene una temperatura de color en torno a los 7000K, para compensar esta temperatura, es necesario modificar el balance de blancos de la cámara, pero hacia el lado opuesto al que solemos hacer cuando estamos usando linternas con luz cálida. Este tipo de balance de blancos hará, entre otras cosas, que veamos el cielo como lo vemos en esta foto, es decir, con un color anaranjado.

La luz aplicada a la foto se dio, principalmente desde la derecha. Además, se iluminó suavemente desde la izquierda. Con esto no sólo conseguimos eliminar las sombras duras que se van a crear si iluminamos con una luz potente desde un único punto. Lo que también vamos a conseguir es dar volumen a nuestro objeto principal. Como podéis ver, iluminamos también el interior del abrevadero. Para ello, usamos también una linterna de luz blanca en la que acoplamos un filtro de color azul. La luz resultante nos ayudó a dar esa sensación de agua contenida en el abrevadero.

Y como colofón, la luz proveniente de algún pueblo al fondo, que nos ha ayudado a marcar la silueta de la iglesia y, sobre todo, de ese castillo con tanto encanto, como es el castillo de Caudilla.

Poco más. Espero que os guste ;-)

Los datos EXIF:

mara: Canon 500D 

Focal: 11 mm 
Exposición: 32 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 400




viernes, 5 de diciembre de 2014

Abriendo paso

Una semana más aparezco con una nueva foto. En esta ocasión se trata de otra de las que saqué, junto con Cristina, García Celeiro, Felipe Carrasquilla y Luis Fraile la noche que estuvimos en el castillo de Montalbán. Es raro que una noche cunda tanto como para llevarte 4 o 5 fotos que te dejen satisfecho, pero no menos cierto es que si sales en compañía de gente que disfruta esta afición tanto como tú, es más fácil, pues el encuadre que no ve uno, lo ve otro, la iluminación que no encuentra uno, la encuentra otro, y todo esto hace que las noches fotográficas sean más productivas.

En esta ocasión, el motivo fotografiado es una de las torres del castillo, con una forma tan peculiar, que con este encuadre podría recordar a la proa de un barco abriéndose paso entre el hielo. 

La noche en que tomamos esta foto fue una de luna fuerte en que las nubes nos fueron haciendo compañía en diferentes momentos. Esos momentos son los que no hay que dejar escapar, pues un cielo dibujado con nubes suele ser más atractivo que un cielo que sólo muestra estrellas estáticas.

Aunque no suelo tender a sacar la luna en los encuadres de mis fotos, reconozco que una luz de luna potente, por un lado, ayuda a iluminar grandes superficies y objetos y, por otro, deja en el cielo un color con un tono de azul bastante llamativo. En esta foto hicimos uso de estas 2 cualidades. Además, para eliminar el tono azulado que deja la luz de luna en las fotos en las que el balance de blancos se ha ajustado en la cámara para compensar una temperatura de color por debajo de los 4000K, iluminamos los 2 laterales del castillo con linterna de luz cálida. Eso sí, para evitar que la foto pudiera mostrar un aspecto plano y poder transmitir el volumen que la torre tenía, iluminamos un lateral (el izquierdo) con más cantidad de luz que el otro.

Creo que no me dejo nada. Aun así, si os surge alguna pregunta sobre la foto, lanzadla libremente.

Los datos EXIF:

mara: Canon 500D 

Focal: 11 mm 
Exposición: 35 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 400