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lunes, 20 de febrero de 2017

Mírame a los Ojos

Hacía tiempo que me apetecía mostrar esta foto en este blog. Fue tomada hace mucho tiempo, una noche con Luis, uno de mis compañeros de Luces del Pasado. Es una de esas fotos que haces una noche, revelas, pero se quedan en el disco duro.

Y llegó un día en el que a mis compañeros de Luces del Pasado y a mí, se nos presentó la posibilidad de montar una exposición. Una exposición diferente a la que ya habíamos hecho en 2015 en el Monasterio de Monsalud. Sería una exposición de Fotografía Nocturna, pero, en este caso, no sobre un trabajo concreto, sino que podríamos rebuscar en nuestros respectivos discos duros y elegir las fotos que más nos gustaran. Y en esa búsqueda apareció esta foto. 

Recuerdo que pregunté a mis compañeros su opinión sobre imprimir o no esta foto para mostrar en la exposición y, aunque no hubo unanimidad, sí hubo mayoría, así que esta fue una de las que decidí imprimir en formato de alta calidad.

Debo decir que cuando el cuadro llegó a mi casa me alegré mucho de haberla elegido. Sinceramente, me gustó el acabado y me gustó lo que me transmitía. El coche, el Morris Oxford, ¡parecía más vivo que nunca!


Creo que esta sensación debió de vivirla más gente, pues, de la serie de 15 fotos que creamos de esta fotografía (y de alguna otra más), ya hemos vendido un ejemplar. Aprovecho para decir que si hay alguien interesado en comprar esta foto o alguna de las que expusimos, o, incluso, alguna de las que habéis podido ver en este blog, sólo tenéis que poneros en contacto conmigo, por este blog, o con Luces del Pasado, a través de nuestra web Luces del Pasado, y os explicaremos cómo podéis adquirir la foto que os guste.


Pero ahora me gustaría contaros cómo hicimos la foto. La foto está tomada en una fría (muy, muy fría) noche de enero. Esa noche sólo pudimos juntarnos Luis y yo, como decía más arriba. Debido a cómo estaba orientado el vehículo, y a que había un edificio pegado a uno de los lados de la casa, tuvimos bastante claro cuál sería la foto que nos iba a gustar más, así que colocamos los trípodes y nos organizamos para iluminar. Sobre esto, sobre la iluminación, la primera duda que nos surgió fue qué tipo de iluminación usar. ¿Cálida? ¿Fría?

Tras varias pruebas nos decantamos por la iluminación fría, así que ajustamos el balance de blancos para tratar una temperatura de color fría (unos 5200K). No es el tipo de iluminación del que más uso hacemos, pero en esta ocasión pensamos que podría irle mejor a este coche. 

Usar una iluminación fría, o, mejor dicho, tener que ajustar un balance de blancos a una temperatura de color fría, hace que los cielos con algo o mucha contaminación lumínica aparezcan con un tono naranja. 

Una vez superado este punto, decidimos el esquema de iluminación. El interior lo iluminaríamos con una linterna cálida que colocamos entre los asientos para poder desentendernos de tener que iluminarlo nosotros durante la realización de la foto. Fijaos en el detalle de que, igual que con el cielo, al tener ajustado el balance de blancos que elegimos, el color naranja de la linterna cálida se vería aún más naranja.

Este mismo tipo de iluminación fue el que elegimos para los faros. Un pequeño toque de linterna para los faros y para los intermitentes.

Y por último, la iluminación de la carrocería. Para ello elegimos luz fría. La luz principal la dimos desde la derecha. Capó y frontal. Además, luz de relleno desde la izquierda para ayudar a darle volumen al coche. Un poco al suelo, para situar bien el vehículo, y poco más. 

Por supuesto, como siempre, si tenéis alguna curiosidad o alguna duda, sentíos libre de preguntar.

Como sabéis este no es nuestro primer vehículo, pero tampoco será el último. Y es que disfrutamos mucho de iluminar joyas de este tipo.

Espero que os haya gustado. ¡Hasta la próxima semana!

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 
Focal: 14 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/8.0
ISO: 1600



lunes, 6 de febrero de 2017

Una torre (casi) imposible

La fotografía que hoy os enseño es una de esas que no tenía muy claro si algún día podría hacer. Os cuento por qué digo esto. Cuando comencé en esto de la fotografía nocturna, recuerdo que me puse a buscar y a anotar las localizaciones de las diferentes construcciones que podría encontrar en un radio no muy lejano y que podrían darme la posibilidad de disfrutar de esta afición. En plena búsqueda me vino a la cabeza esta torre. Se trata de una torre situada a escasos metros de la autovía A6, que une Madrid con La Coruña, justo a la altura de Torrelodones, no en vano, la torre pertenece al Ayuntamiento de este municipio madrileño.

Hacía ya muchos años que conocía la existencia de esta torre, pues son muchas las veces que, tanto yo, como miles de madrileños, hemos pasado por este punto de la autovía. Sin embargo, a pesar de que no es una torre que se encuentre escondida, pocas fotografías nocturnas había yo visto de esta construcción. Imaginaba el motivo. Y es que, desde que anochece, unos enormes focos iluminan la torre por todos sus lados. Esto es algo habitual en construcciones que son emblema de un municipio. A veces, estos focos iluminan estas construcciones con más acierto, y otras con menos. En este caso, desde mi punto de vista, iluminan con bastante poco acierto, pues (y desconozco el motivo de ello), el tono que adquiere la torre por la noche es de un color verde, que en mi opinión, afea bastante una torre que es preciosa.

Como digo, lo de iluminar construcciones por parte del organismo que corresponda es muy habitual. Generalmente, esta iluminación suele tener una duración relativamente corta, y es que no tiene mucho sentido iluminar según qué edificios hasta las tantas de la mañana. Gracias a ello, en alguna ocasión me he podido llevar foto a casa "simplemente" esperando a que se apagara la iluminación del edificio o monumento.

Sin embargo, con esta torre la espera no sirve de mucho. Por desgracia, especialmente para los fotógrafos nocturnos, la torre está iluminada durante toda la noche, así que, efectivamente, aquí está la explicación de que no haya encontrado muchas fotografías nocturnas de la construcción. 

Una noche, sin embargo, nuestra suerte cambió. Digo nuestra, porque me encontraba con Cristina, Felipe y Luis, mis compañeros de Luces del Pasado. Esa noche veníamos de Ávila de hacer fotos, y cerca de Torrelodones vimos que la Torre estaba más apagada que de costumbre. Estaba claro, alguno de los focos había fallado y, como ocasiones como esas no se dan muchas, decidimos que, aunque era tarde, había que parar para intentar llevarnos foto. Intentar, sí, porque, aunque la fortuna se había puesto de nuestro lado, no toda la luz que le llega a esta torre procede de los focos que la alumbran, sino que hay mucha luz residual contra la cual íbamos a tener que lidiar.

Cuando nos encontramos a los pies de la torre, vimos lo que imaginábamos: demasiada luz residual llegaba a la atalaya. Una luz que hacía que la torre no mostrar el volumen que realmente tiene, así que había que pensar algo para que esa luz nos afectara lo menos posible. Lo que se nos ocurrió fue aportar algo más de luz en las zonas que recibían la luz que no nos gustaba, de forma que ésta pudiera tomar cierta importancia frente a la residual que llegaba. Por tanto, aportamos iluminación cálida desde la izquierda y aprovechamos para dar luz a un suelo que estaba bastante apagado, así como a las rocas del primer plano para levantar texturas. Por último, pusimos una linterna en forma de vela en la ventana, para dar la sensación de que había vida humana dentro de la torre.

Por fin, después de varios años deseando fotografiar esta bonita torre, esa noche pude irme a la cama con la foto. Además con una trabajo que no fue excesivamente complicado, siempre gracias al trabajo hecho con mis compis de Luces del Pasado. Está claro, muchas veces la suerte, cuando menos te lo esperas, cambia ;-)

¡Hasta la próxima semana!

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 
Focal: 14 mm 
Exposición: 20 sg 
Apertura: f/4.0
ISO: 200