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jueves, 23 de octubre de 2014

Contra todo pronóstico

El fin de semana de fotografía nocturna no acabó el viernes en Las Médulas. Esa noche, tras fotografiar el castaño subimos al mirador de Orellán con la intención de llevarnos una buena panorámica de Las Médulas. Sin embargo, un cielo completamente cubierto escondió la luna que necesitábamos para iluminar tan vasta extensión. Esperamos más de una hora, pero no hubo suerte. Otra vez será.

La mañana siguiente, habiendo dormido aproximadamente 4 horas, cogimos el coche rumbo a Pontevedra, más exactamente, Cangas de Morrazo. Muy cerca de allí se encuentra el Cabo Home, nuestro destino fotográfico final.

La mañana no tenía buena pinta. Como ya comenté la semana pasada, había previsión de lluvias para el fin de semana, más el sábado que el viernes, y prácticamente todo el día en Galicia. Aun así decidimos ir a Cangas. Estábamos muy cerca, así que asumimos que el tiempo que nos íbamos a encontrar no iba a ser el ideal para sacar fotos nocturnas, y que tendríamos que esforzarnos más de lo normal para llevarnos algo decente a Madrid. Todo el trayecto lo hicimos con el limpiaparabrisas funcionando a buen ritmo. Sin embargo, al llegar a Cangas, el cielo no tenía tan mala pinta. Incluso pudimos ver algún rayo de sol que se abría paso entre las nubes.

Poco a poco pudimos ver que el tiempo iba mejorando y que las nubes no parecían tener mucha intención de regalarnos más agua. Así fue y por la tarde, tras descansar un poco en el hotel, pudimos ir a ver con luz de día los puntos que íbamos a visitar por la noche. Aunque estos puntos los conocí en verano, esta vez podría volver a verlos pero con ojos de foto nocturna, sabiendo cómo podríamos plantear el trabajo que por la noche íbamos a hacer, pensando en pros, en contras y valorando las diferentes opciones que podrían presentarse.

Una vez visitados los puntos, y con el plan nocturno trazado, nos fuimos a descansar, luego a cenar y, a continuación, al primer destino de la lista, el que esta noche os muestro: Cabo Home, extendiéndose como un largo brazo que apunta a las Islas Cíes, visto todo desde el Monte do Facho. Las vistas que desde allí se pueden disfrutar son impresionantes. Pero no solo eso. Además, me quedo con el silencio, la tranquilidad y la sensación difícil de describir al ver el mundo bajo tus ojos. 

Para una foto como la que veis es importante contar con una fuente de luz lo suficientemente potente como para iluminar lo suficientemente bien la enorme cantidad de terreno que queremos que aparezca en la foto. Este fin de semana dispusimos de la mayor fuente de luz nocturna que podemos tener: la Luna. Las fotos con luna se caracterizan porque los cielos que se se obtienen pueden tener un color azul muy especial. Para conseguirlo marcamos el balance de blancos en una posición de la cámara que nos ayudara a conseguir este color en la fotografía. Este valor está en torno a los 4000 K. El problema de hacer esto es que, la luz de la Luna, unido a este balance de blancos, hace que los elementos de la foto aparezcan con un tono azulado. Este efecto lo vamos a ver sobre todo en el primer plano de esta foto, así que para poder eliminar, o disminuir este tono azul, lo que hicimos fue iluminar suavemente con linterna cálida el primer plano de la foto. ¿Qué conseguimos con ello? Simple: con ellos aumentamos la temperatura de color de las zonas que iluminemos. En definitiva, ayudamos a que el color azulado disminuya.

Y esto es todo por esta semana. Espero que os haya gustado.

Los datos EXIF:

mara: Canon 500D 
Focal: 11 mm 
Exposición: 519 sg 
Apertura: f/8
ISO: 100




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